Sunday, April 09, 2006

 


25

—Y claro, leí el libro. Me gustó mucho... y tu dedicatoria: “A F., para que aprenda a desobedecer.”
—¿Todavía lo tienes?
—Sí, lo guardaré siempre.
—Debimos haber vuelto a la playa. Me gustaba mucho el pescado ahumado, comerlo con los dedos...
—Con limón...
—¿No te gustaba entrar?
—Al final, sí.
—Yo sentía que no te gustaba.
—No era lo más importante.
—Eran dos manchitas, las del libro, me acuerdo perfectamente. Una azul y la otra amarilla. Little Blue y Little Yellow. Primero las dos jugaban, caminaban por el parque. Luego se iban uniendo poco a poco, se tomaban de la mano y se producía entre ellas una mancha verde. Después la mitad de sus cuerpos también se volvía totalmente verde. Páginas más adelante sólo podía distinguirse una sola mancha verde y grande. Un solo cuerpo.
—Pero más tarde se producía el mismo proceso a la inversa, paulatinamente... después bruscamente. Volvían a estar verde a la mitad. Luego apenas las puntas unidas de los dedos reflejaban un pequeñísimo halo verde y al final se desprendían las manos...
—Y la mancha azul y la mancha amarilla se separaban y cada una se iba por su lado. Little Blue y Little Yellow.
—Una historia para niños…

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